Durante el verano tomé una clase de español en el Colegio Comunitario local. Estoy jubilado y no necesito prepararme para una nueva carrera o adquirir nuevas habilidades laborales. Me gusta aprender y he estado asistiendo a esta escuela por nueve años. Había tomado esta clase dos veces anteriormente pero quería mejorar habilidades básicas en español. Leo el periódico LA Opinión en línea casi todos los días y tengo un vocabulario extenso pero mi capacidad de utilizar los verbos es horrible. Verbos son los burros de carga en un idioma. No va a pasar mucho con todos los sustantivos sofisticados sin un buen dominio de todas las formas y tiempos verbales.
El cartel
publicitario de Raquel Welch con el "primer
bikini de la humanidad" en la película Un millón años
a.c.
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En lugar de un curso de cuatro meses durante el año escolar regular, este curso se completó en seis
semanas. La clase comenzó a las ocho y media de la mañana y terminó a mediodía. Volví a casa un poco antes de la una de la tarde y pasé las siguientes cinco horas delante a la computadora haciendo la tarea en línea ¬– cuatro días a la semana. Pero para ser justos con el maestro cinco horas no eran necesarias. Había preguntas que requirieron la escritura de una respuesta y escribía por lo general un párrafo. Cada sección del libro de texto tenía un tema para el vocabulario – la industria de la moda, el empleo, el medio ambiente, entretenimiento, etcétera. Había esta pregunta sobre Raquel Welch y si ella es buena actriz. Probablemente me pasé dos horas escribiendo una composición acerca de todas sus películas que había visto en los últimos cuarenta años y el icónico cartel de cine de la película Un millón de años a.C
que pegué en la pared de mi primer apartamento en 1968.
El ritmo de la clase fue frenético. Con el subjuntivo, el
indicativo, los perfectos, y los imperativos con objetivos, había un nuevo
tiempo verbal casi todos los días. En la tercera semana empecé a confundirme y
no podía recordar cuándo se debe acentuar la letra i. Pensé que yo estaba
viviendo una pesadilla. Tan pronto como llegaba a casa tenía que comer. Después
de una hora en la computadora tenía que tener otra merienda. Entonces comenzó
una cascada de problemas. Gané ocho
libras y era incómodo. No estaba durmiendo bien. Estaba cansado de tener que
levantarme tan temprano en la mañana.
Al terminar la clase tenía yo entonces tanto
tiempo libre que me parecía raro. Había aprendido mucho. Me adapté a un nuevo
horario. Ahora puedo dormir más tarde en la mañana y perdí peso
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